Lo prometido es deuda. El sábado fuimos a ver Red de mentiras. La película es entretenida, destacando por el despliegue tecnológico. Nos ofrece un completo repertorio de imágenes panorámicas simulando la potencia de las comunicaciones vía satélite del ejército estadounidense.
La mezcla de acción y mensaje es equilibrada, la guerra y sus injusticias aparecen como coyuntura de la historia, no como centro. DiCaprio es sin duda el protagonista, el eje de una película que sin embargo no acaba de calar, la historia no nos emociona, no nos intriga...
Destacable la figura de DiCaprio, que no siendo santo de mi devoción, consolida una sólida carrera poco a poco con personajes duros y exigentes. Continúa su evolución al alza siguiendo el camino marcado por Infiltrados y, sobre todo, Diamante de sangre.
El papel de Russell Crowe se mantiene por los pelos.. forzado en ocasiones y desubicado en otras, sólo sus últimas apariciones sostienen un personaje que no le encaja, que no va con él, que rememora pasos fallidos como Master & Commander y que queda muy lejos de la papeles como el de El tren de las 3.10h.
Ridley Scott mantiene el nivel de American Gangster con una película con hechuras y bien compuesta pero sin llegar a brillar, y por tanto lejos de éxitos anteriores (como Gladiator) que pesan sobre él como lastres de un pasado brillante.
P.D: el viernes, sólo en casa, aproveché para ver No hay país para viejos, la alabada película de los hermanos Cohen y nuestro Javier Bardem. A pesar del éxito en los Oscars, las referencias sobre la película no eran muy buenas, creo que no conozco a nadie a quien le haya gustado. Y la verdad es que la película no da mucho de sí, se mantiene lejos del espectador sin querer acercarse. El éxito en EEUU creo que viene porque es un producto de allí, de un tipo de vida y de hombres propios, que cuesta asimilar en la distancia..Si a eso le sumamos los guiños de cine independiente adecuadamente colocados, tienes una película de Oscar.
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