Terminada la Gala de los Goya, aprovecho para dejar mis impresiones. Quienes lean este blog habitualmente conocen mi crítico punto de vista sobre el cine español. Similar opinión tengo acerca de este tipo de ceremonias de entrega de premios y en concreto de los Goya.
Bueno pues este año me alegra reconocer claros síntomas de mejora. En primer lugar, y fundamental, sorprendente la notable escenografía, un irreconocible Palacio de Congresos, por fin se ha erigido en digna sede del evento mediante una decoración moderna, sobria y con estilo. Francamente, bastante mejor de lo que me esperaba. Confío que sigan por este camino en las siguientes.
Al buen desarrollo de la Gala han contribuido los efectos especiales y un buen ritmo, que ha dado agilidad al transcurso de las diferentes entregas, aunque partían con ventaja, esta vez no había parones publicitarios.
La anunciada participación de Andreu Buenafuente ha cumplido las expectativas, ejerciendo su particular estilo sobre todo al inicio y final de la Gala. No se puede decir que haya arriesgado e innovado pero ha dejado claro su dominio de la escena y sus cualidades para conducir este tipo de celebraciones.
Pero si algo me ha llamado la atención especialmente ha sido el discurso de Alex de la Iglesia, de cuya labor como director no soy gran entusiasta. Lejos de euforias y regodeos, bajando los pies a la Tierra, y en un discurso directo y sin banalidades, ha hecho un llamamiento a la superación, a seguir creando desde la exigencia. Así, un momento tradicionalmente aburrido (decidme si recordáis algo de las apariciones de la ahora ministra) se ha convertido en uno de los momentos de mayor interés. El cine es crear con calidad y cuando se hace el público responde, ése es el mensaje correcto y por el que ha apostado el nuevo presidente de la Academia eludiendo menciones a la piratería y demás excusas habituales. Labor que además ha dado muestras de realizar cuidando los detalles, como el premio a Antonio Mercero o la necesaria reconciliación de Pedro Almodóvar con la Academia.
En resumen, buena Gala, sí, (me resulta raro hasta escribirlo), con un presentador a la altura, una buena decoración (por fin!!) y con un mensaje muy constructivo por parte del presidente de la Academia.
La ganadora, la prevista, Celda 211, a ver cuando puedo verla!
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