Un hecho histórico llamativo y curioso: corren los años 60, el pop inglés disfruta de su época de oro y sin embargo la BBC tan sólo le dedica un par de horas a la semana. Cómo sobrevive y se difunde? Mediante emisoras piratas que emiten desde barcos navegando por el Mar del Norte.
Una potente banda sonora, marchosos temas de aquellos años salpican e inundan la película, dotándole de un marco perfecto.
Un gran actor, Philip Seymour Hoffman, ejerce maestría en su breve papel demostrando su estado de gracia permanente. A su lado los simere carismáticos y un poco esperpénticos Bill Nighty y Rhys Ifans. Más desapercibidos pasan Kenneth Branagh y Enma Thompson.
Una notable ambientación que resalta formas y colores, maneras de vestir, costumbres y estilo de vida de los 60, idolatrada rebeldía!
Todo ello reunido alrededor de un guión menor, impropio del potencial que el producto ofrecía... simple conexión entre temas musicales, carente de la cohesión, sentido y fuerza necesarios.
Richard Curtis (Notting Hill, Love Actually) fracasa a la hora de llevar a la pantalla esta historia, merecedora de una película de mayor envergadura y de la que sólo se recordarán sus sonidos sesenteros. Una demostración más de que una buena idea no basta, sin un guión de calidad no hay película que valga la pena.
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