martes, 20 de diciembre de 2011

[Cine] Valor de ley


Los hermanos Coen son indudablemente una pareja cinematográfica reconocida por títulos como Fargo, El gran Lebowsky o No es país para viejos, aunque no están entre mis preferencias. Sus comedias no me han atraído nada, es mas, sus trailers sólo han disipado toda tentación de darles una oportunidad, y la película que encumbró a Javier Bardem, no me pareció nada del otro mundo.

El cine sin embargo obliga a no crearse demasiados prejuicios con respecto a actores o directores, muchas son las veces en que podemos encontrar gratas sorpresas. Este es el caso de Valor de ley y los Coen. 

El film se encarga de adaptar el libro que dio origen a la película del mismo nombre y que consagró al mítico John Wayne. Hábil maniobra para intentar alejarse de la fácil comparación con uno de los westerns más famosos de la historia.

Los hermanos Coen recurren a las bases de su estilo para plantear su versión de Valor de ley. Estética austera y ambiente descarnado, y lo mejor es que logran que la conjunción de ambas encaje a la perfección. Así el espectador se encuentra ante un western pausado, crudo y creíble, de imagen renovada y que sirve de renovación de un género caído en el olvido del cine actual.

El ritmo tranquilo, a veces hasta arrastrado, cual jinete al paso, se combina con escenas cortas pero muy intensas de acción. Momentos vibrantes y estelares de la película.

Valor de ley se sirve de dos grandes interpretaciones para completar su notable resultado. El inconmensurable Jeff Bridges, auténtico lujo allá donde va, y la grata sorpresa que supone Mattie Ross, que ejerce a la perfección de adolescente valiente y determinada. Destacable también un Matt Damon, que lejos de grandes aspiraciones, se mete aquí en un papel reducido, aunque importante, y poco lucido. 

En definitiva, los hermanos Coen firman un western que respira autenticidad apoyándose en varios de los ejes de su estilo y apoyándose en las grandes interpretaciones de Jeff Bridges y Mattie Ross. Altamente recomendable para los amantes del género.

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