Poco antes de comenzar este blog fuimos a ver con unos amigos La boda de Rachel(Rachel getting married)... A los mandos, Jonathan Demme, el aclamado director de El silencio de los corderos y Philadelphia, y que lleva años perdido en proyectos insignificantes... Su nueva película trata de ser una especie de renacimiento, de vuelta a orígenes,.... Él dirige y Anne Hathaway asume el papel principal..
El film se basa en Kym, una chica problemática, que abandona la clínica de rehabilitación para asistir a la boda de su hermana. Lo que pretenden ser unos días de alegría y celebración con familia y amigos se ven enturbiados al aparecer viejas tensiones y enemistades, que provocarán momentos de crispación y desesperación...
La boda de Rachel es una película difícil, de historias amargas, de familias rotas, y que se aleja de convencionalismos con descaro... Cámara en mano Demme se cuela a escondidas en la vida de sus personajes y nos acerca a sus rencillas, adicciones, envidias,... Un guiño abierto al género Dogma... Esta valiente aproximación es sin duda uno de los pilares del film, se respira cotidianidad y cercanía, cine cargado de contenido y realidad... Sin embargo la aventura tiene sus riesgos y no en todos los tramos Demme acierta con el equilibrio adecuado del producto.. llega a coquetear con el documental en varias escenas, las alarga en exceso, se pierde en su énfasis por mostrarnos la realidad de sus personajes y de su enfoque.
Uno de los méritos de Demme es aprovechar la oportunidad para mostrarnos a una Anne Hathaway muy distinta a la que conocíamos, en un registro radicalmente distinto... confiar en una actriz con escaso bagaje en este terreno dándole el total protagonismo... Lo mejor es que Hathaway asume el reto y borda un papel complejo que sólo puede enriquecer su carrera... A su lado, la sorprendente Rosemarie DeWitt (vista en Mad men) tira de presencia y recursos para componer a la hermana casadera... sobriedad y naturalidad para sostener el nivel marcado por Hathaway.
En resumen, La boda de Rachel es un film alejado de convencionalismos, arduo y complejo, que se sumerge en las vidas de una familia de clase media americana y nos muestra sus alegrías y problemas de forma cercana pero no siempre certera... Demme vuelve al buen cine aunque demuestra que hay mucho que mejorar... Anne Hathaway compone un excelente papel en un terreno difícil secundada perfectamente por Rosemarie DeWitt.
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