Llegó el esperado estreno de Slumdog Millionarie, clara ganadora de los Bafta y los Globos de Oro por delante de rivales tan aclamados como El curioso caso de Benjamin Button. El trailer me cautivó, la película ha acabado por conquistarme.
Danny Boyle, director de Trainspotting, nos cuenta la historia de un humilde joven indio que se presenta al programa ¿Quiere ser usted millonario? con el único ánimo de ser visto en TV por su amada. Cuando inesperadamente está a punto de ganar es detenido y debe explicar a la policía cómo ha conseguido responder a todas las preguntas... para ello Jamal recurre a fragmentos de su historia, que es la trágica y penosa vida de dos hermanos crecidos en los suburbios de Bombay junto a Latika, de la que Jamal está enamorado.
El principio de la película nos traslada rápidamente a la cruda realidad de la vida en Bombay. Sin esconder nada Boyle inunda la pantalla con las penalidades de los dos hermanos, que se ven sometidos a todo tipo de penalidades propias de la vida en la India. El director no olvida la transformación vivida por el país en los últimos años y nos muestra los efectos del turismo y la positiva evolución económica. Pero llega todavía más lejos en su reflexión y nos hace partícipes de la repercusión que eventos como un concurso televisivo pueden tener, movilizando a millones de personas. Todo entremezclado con la complicada relación entre dos hermanos que se necesitan para sobrevivir pero deciden hacerlo de formas diferentes.
Hasta ahí el contenido, que ya de por sí es meritorio. Sin embargo Slumdog Millionaire no se resigna a este retrato y apuesta por completarlo con una bella puesta en escena plena de fuerza y vitalidad... A esto hay que sumarle un brillante montaje lleno de saltos en el tiempo que hacen fluir las escenas con naturalidad y ritmo... Mención aparte para la potente banda sonora, rebosante de energía. Quizás lo más débil de la película sea la leve precipitación del final, que se perdona por la calidad del conjunto.
El joven Dev Patel está genial en el papel de Jamal... Me encanta el presentador del concurso en el rol de divo televisivo manipulador. El resto de actores cumplen muy bien, incluidos los niños. Freida Pinto, la chica, queda en un segundo papel durante casi todo el film pero cerca del final Boyle sabe explotar su arrolladora belleza consiguiendo varias escenas preciosistas...
No os perdáis los créditos del final en los que se rinde un bonito homenaje a la industria del cine indio, Bollywood... La canción está nominada al Oscar.
Slumdog Millionaire se destapa como cine de contenido, realista y crudo pero que no por ello olvida la factura estética.. y es que mostrar el día a día de la India tiene mérito pero hacerlo al tiempo que se cuenta una historia de forma elaborada, bella y con una pletórica banda sonora es CINE en palabras mayúsculas. En resumen, una deslumbrante película.
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