viernes, 2 de octubre de 2009

Restaurante La buena vida, grandes detalles y pequeñas imperfecciones


Nuestra visita hace unos meses a Priveé con unos amigos nos sirvió para recopilar unos cuantos restaurantes interesantes que anoté convenientemente. Este fin de semana decidimos visitar uno de ellos, La buena vida. Situado en el área de las calles bien de Chueca (Almirante, Conde de Xiquena,...), este local se corresponde con la zona por su estética sobria y sencilla. Probablemente se distribución en forma de L y la ubicación de la barra en la parte central no es la más acertada, pero se puede considerar un defecto menor puesto que tampoco hay exceso de mesas. La música de ambiente, muy agradable. La carta no es muy extensa (algo que no me parece mal) y se completa con bastantes cosas fuera de carta.

Para empezar nos pusieron un par de aperitivos muy ricos. Después como entrantes, optamos por unas buenas croquetas de jamón y unas originales y sabrosas alcachofas con berberechos. A los segundos, risotto milanesa correcto sin más, notable tournedo de buey y un excelente plato fuera de carta de tres atunes, atún marinado, sashimi (con su soja) y solomillo a la plancha con sésamo. El solomillo lo tienen en la carta habitual.

Antes del postre un detalle muy interesante, una bandeja de selectos quesos, donde puedes elegir... Probamos dos de ellos, ambos muy buenos... una costumbre muy francesa que me sorprendió agradablemente. Para acabar dos tarta tatin a gran nivel y una tarta de chocolate blanco y negro bastante buena.

En el servicio sensaciones contradictorias. Fue lento durante toda la comida, sin embargo, aquí no hay prisas por echarte, uno se siente cómodo... Salimos a las 17h de comer y en ningún momento sentimos presión, de hecho me fijé en que otras mesas disfrutaban también tranquilamente de la sobremesa. Otro detalle que me encanta...

Todo por 143 euros para tres personas con agua, copas de vino y café. Nos es barato, está claro, pero la calidad general de lo que comimos y el ambiente acogedor mereció mucho la pena. Pasa a ocupar un lugar destacado en mi lista de referencias.

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