jueves, 13 de agosto de 2009

TVE sin publicidad, con prisas y sin pensarlo dos veces


Parece inminente la desaparición de la publicidad en TVE. La ley se aprobará en septiembre y parece que se aplicará a partir de enero de 2010. Los comentarios sobre esta turbulencia en el sector televisivo español no se han hecho esperar... Enrique Dans nos expone acertadamente la realidad del modelo actual de televisión pública española, que es ni más ni menos que una forma de influir deliberadamente en la opinión pública. Esto implica la necesidad de competir directamente con las cadenas privadas por las audiencias ya que el nivel de influencia está intrínsecamente relacionado con éstas... Un ejemplo claro, el desbarajuste de programación deportiva entre TDP, TVE2 y TVE1, cuyo único principio es aumentar los espectadores de la 1.

Cuál sería la situación ideal? aquella en la que las cadenas públicas se consagran a contenidos de menor cobertura como puede ser la profundización en el debate político, la promoción de la cultura y la ciencia,... Un marco en el que se justificaría claramente la ausencia de publicidad y la financiación a través de fondos públicos y entes privados.

Y cuál es la nueva situación? pues una en la que TVE mantiene su objetivo pero sin publicidad y como consecuencia financiada a través de un canon impuesto a las demás cadenas y a los operadores de telecomunicaciones (que alguien me explique qué pintan en esto!)... Esto conlleva una serie de consecuencias a tener en cuenta...

  • no se mejora el objetivo (TVE sigue siendo un instrumento político) y se sigue luchando por las audiencias (para seguir influenciando).
  • se penaliza a las cadenas privadas obligándolas a pagar a TVE cuando se encuentran en plena crisis de ingresos.
  • se castiga a los operadores de telecomunicaciones, que ya han advertido que trasladarán este gasto a los ciudadanos.
  • la supuesta mejora de ingresos por publicidad de las privadas no será tal ya que muy probablemente los anunciantes de TVE se ahorrarán los gastos o los invertirán para otros fines, como ya ha ocurrido en Francia (El Economista, edición impresa del 29 de julio).
  • la precipitación de los plazos dificulta la posibilidad de mejorar el proyecto planteado.
  • a nivel operativo, la ausencia de publicidad suscita incógnitas a la hora de rellenar los espacios dejados por otros contenidos.

Este último apunte resulta particularmente espinoso ya que las alternativas han de estudiarse bien... Crear más contenidos implica mayores costes de producción. Alargar las series puede ir en su detrimento pues ya suelen ser por lo general más largas de lo necesario. Emitir en horas no cuadradas es algo a lo que el espectador no está habituado. Si se opta por el relleno entre programas, se puede saturar a la audiencia con los cortes autopromocionales. Aumentar la duración de los telediarios puede acabar por convertirlos en programas de reportajes porque no olvidemos que la lucha por la audiencia evita la posibilidad de que puedan profundizar en las noticias.

A modo de conclusión, una vez más me parece que un asunto complejo (que requiere análisis y debate) se simplifica de modo radical y se vende como una "TVE sin publicidad" maltratando al público al reducirlo a un receptor manipulable... No sólo no se mejora el modelo sino que el espectador acaba financiándolo y las entidades privadas son castigadas (cuando peor momento atraviesan). Para colmo quedan muchas incógnitas sin resolver de cómo se implantará el nuevo modelo...

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