En mi comentario tras ver los primeros capítulos dije "una serie muy americana". Acabada la temporada lo confirmo. Pero también puedo decir que su decidida apuesta musical es, además de valiente, su gran baza y su gran acierto. Por el potencial que los números musicales tienen en pantalla y por la fuerza con la que los han plasmado en pantalla.
El guión, simple, sencillo y a veces hasta olvidado, es el lastre. Resta algo de brillantez al resultado. Aún así es el responsable del otro factor en el éxito de Glee, aparte de la música... ese aire inocente, moralista y emotivo que impregna las tramas de cada episodio.
En el reparto, merece mención el esforzado y versátil papel de Mathew Morrisson como el profesor Will Schuester, pero sin duda es Lea Michele como Rachel Berry, quien eclipsa al resto del elenco con su prodigiosa voz. No perderse la semifinal, capítulo 13.
Pues eso, que me apunto a la moda Glee y esperaré paciente el estreno en España de la T2.
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