lunes, 13 de junio de 2011

[Cine] El cisne negro

Una película aclamada por la crítica, promocionada intensamente, sobre el mundo de la danza (del que tenemos en nuestro subconsciente una imagen bella casi idílica) y protagonizada por Natalie Portman, una de las pocas actrices actuales con un fuerte magnetismo. Gancho perfecto para el gran público... Ideal escenario salvo por un pequeño detalle, a los mandos del film un director de carácter, Darren Aronofsky. Resultado, muchos espectadores desencantados ante un film diferente al que esperaban ver...


El cisne negro es una película que desentraña el ballet y su parte más dura y sacrificada, por qué? Pues porque a su director le gusta explorar terrenos arduos, mostrarnos la parte oscura. Aronofsky ya sorprendió a propios y extraños con su magnifica El luchador, retrato duro y abrupto del mundo de la lucha libre. Aquí su intención es la misma...


Ambas película difieren sin embargo cuando el director, un hombre inquieto, con necesidad de probar, se decanta por dar un paso más allá con El cisne negro, y embarcarse en el mundo de la paranoia tratando de enfatizar su mensaje. Paso valiente pero arriesgado, que dificulta por momentos la comprensión del relato, que otorga al film una atmósfera muy opresiva e incluso surrealista.


La gran sorpresa del film y centro de todo de lo que en él ocurre es su protagonista, la dulce y bella Portman que todos conocemos, se transforma aquí en una esquelética y demacrada bailarina, obsesionada con triunfar... Excelente trabajo merecedor del Oscar. Junto a ella, en segundo plano, unos acertados Mila Kunis y Vincent Cassel. Para completar el reparto, llama la atención el pequeño papel de la desaparecida Wynona Ryder, y es que parece que Aronofsky se abona a su rol redentor tras resucitar a Micky Rourke...


El cisne negro es, pues, una notable película, de las que no deja indiferente, planteada y conducida con mano firme por un director muy personal que por desgracia acaba obstruyendo el resultado final por su espíritu transgresor y experimental. Inolvidable registro el de Natalie Portman.


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