XMen fue sin duda una de las razones por las que Marvel se convenció que su universo de cómics era trasladable a la gran pantalla con éxito. Brian Singer fue capaz de aunar, efectos especiales, con un buen guión, un ritmo consistente y ante todo, un aire inspirador que cautivó a crítica y público.
En mi opinión sus dos secuelas desmerecieron al original y de hecho causaron el cambio de rumbo en la franquicia XMen. La primera tentativa trataba de explotar a Lobezno ( Hugh Jackman), uno de los personajes icónicos de la saga. El resultado fue decepcionante (pese a que se prepara su secuela), demostración de que no se había entendido el mensaje.
Primera generación es la segunda tentativa de revitalizar XMen, ésta vez remitiendo al espectador al origen de la historia, al momento en que surgen Magneto y el profesor X (Charles Xavier). Ésta vez sin embargo se aprecia rápidamente un cambio general, la vuelta a las raíces de XMen. Ritmo vivo pero compensando acción y efectos especiales, con escenas que nos permiten adentrarnos en los personajes y cómo se relacionan con sus poderes, una convivencia muchas veces nada fácil, y una de las claves del espíritu XMen.
El relato fluye con facilidad y no resulta vacío todo lo contrario, nos anima a pedir más, a que el film no se acabe, que las vidas de estos peculiares héroes y malvados se alarguen durante horas. Sensaciones que no recordábamos desde la película inicial.
Esta facilidad resulta ventaja e inconveniente, la historia es ambiciosa, hay muchas cosas que contar, mientras que los jóvenes personajes que acabamos de conocer requieren minutos, y esto acaba traduciéndose en un sentimiento de pequeña insatisfacción, ni la acción llega al limite de tensión y emoción esperable ni tenemos tiempo de conocer bien a los protagonistas y sus compañeros.
El reparto es una de las grandes bazas de la película. James McAvoy, prometedor actor del que se espera mucho, se asienta desde el primer minuto en su personaje, hasta el punto de hacernos olvidar al carismático actor en silla de ruedas, y entrado en años, del primer XMen. Espléndido. Tras él un magnifico reparto con Michael Fassbender, Kevin Bacon,... De entre ellos destaca la cada vez más consolidada Rose Byrne, perfecta y bella, cuya interpretación, relegada a un segundo plano, tiene mimbres para una mayor presencia.
Gran película, con algo de sinsabor final debido al gran potencial que demuestra durante su metraje tanto a nivel de actores, guión, ambientación y ritmo, que renueva el espíritu XMen y da esperanzas para las nuevas entregas. Magníficos James McAvoy y Rose Byrne.
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