David Pinillos debutaba en la dirección con este film en 2010, una comedia romántica de aires indies protagonizada por Unax Ugalde y Nora Tschirner (Un conejo sin orejas). La acción transcurre principalmente en Zurich, ciudad que acoge a Dani, un joven y ambicioso cocinero español, que se incorpora a un prestigioso restaurante. Allí, mientras se afianza con sus dotes culinarias, hace amistad con Hugo y sobre todo con Hanna una sumiller alemana que pronto se convierte en alguien relevante en su vida.
Pinillos realiza una propuesta valiente con Bon appétit, de eso no hay duda, planteando una película en el extranjero, con actores internacionales y apostando por un tipo de cine alejado de exigencias comerciales. Algo de agradecer.
Lo mejor del film, es precisamente este planteamiento, la puesta en escena (complementada con sutiles y adecuados momentos musicales) y la pareja protagonista, ambos identificables con sus respectivos papeles.
En lo mejorable (más que negativo), un guión falto de intensidad. La idea, el mensaje detrás está claro, pero se echan de menos diálogos que nos acerquen a los personajes, que los hagan reales y cercanos, que nos emocionen. La relación de Dani y Hanna resultada precipitada, inconexa, la amistad con Hugo carece de momentos que la hagan creíble. El resultado es un relato que nos deja algo fríos.
Bien Unax Ugalde, al igual que Nora Tschnirner, ambos parecen preparados para haber dado más brillantez al film con un libreto de mayor alcance.
En definitiva, meritorio debut de David Pinillos (nunca me cansaré de animar a quienes tratan de hacer cine de calidad) lleno de buenas intenciones y detalles positivos, en el que sin embargo faltan vigor y proximidad, a la historia le cuesta acercarse al espectador. Aconsejable para quienes gusten de comedias románticas de tipo independiente.
A recordar, bonita escena en la que él conduce y la mira, ella en el asiento de atrás, canturrea la canción que escucha en sus auriculares...
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