Hoy llueve en Gijón y no puedo hacer turismo, así que descanso en el hotel y puedo escribir. Aprovecho para iniciar otro de los principales temas de este blog junto con música y cine, restaurantes.
Para empezar esta singladura opto por uno de mis lugares preferidos en Madrid, La alacena de serrano. Está situado cerca de la confluencia de las calles Príncipe de Vergara y Serrano, oculto de bullicios y escondido en una pequeña calle. Vamos, que no es fácil descubrirlo y por eso mis agradecimientos a cucharete, una web que sigo hace tiempo. Cucharete se dedica a publicar reportajes muy completos de aquellos restaurantes que visitan, indicando precios, platos, descripción del local,… Todo ello completado con fotos.
Volviendo a La alacena de serrano, es un sitio de aire tradicional debido a las vigas de madera que adornan las paredes blancas y lisas. Los aires de modernidad se descubren poco a poco… por ejemplo en el diseño de los vasos para el agua, y sobre todo, el menú.
Una de las principales características de este restaurante es el servicio, agradable, cercano y experto. Un ejemplo, sigues dándole vueltas a qué pedir, todo parece tan bueno, el camarero se acerca, lo miras con cara de “todavía sigo en ello” y él añade “yo estoy aquí para ayudar”. Sorprendido, le comentas tus dudas y él te ayuda con la elección amablemente. El mismo talante se repite durante toda la comida.
La otra alegría son siempre las materias primas, tanto pescado como carne, todo rico, jugoso, delicioso. Recuerdo particularmente las almejas y el pulpo a la plancha, y, como no, el atún, oh qué bueno!, con cualquiera de sus salsas. El conjunto de menú se mueve de forma inteligente entre modernidad y recetas clásicas, la clave, la calidad de todas ellas.
Por poner un pero, algún postre. El coulant de chocolate se puede mejorar. También es cierto que mi mujer adora la tarta de manzana, la devora.
Para más información os dejo la crítica realizada por cucharete.
Disfrutadlo!
P.D: sale por unos 50 euros por persona, de verdad, que merece la pena
1 comentario:
Estuvimos cenando en La Alacena hace unos días y fue un acierto. Disfrutamos de una cena muy agradable, con unos platos estupendos. Lo único, no poder disfrutarlos con un poco más de tranquilidad.
Fernando
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