Cuando me planteaba escribir este post hice memoria de la series españolas que he visto en los últimos años... Pelotas, Águila roja y Los protegidos, propuestas efectistas, cada una a su manera, pero en el fondo series familiares de escasa consistencia.
Echando la vista más hacia atrás, quien no recuerda Farmacia de guardia, Medico de familia, Los Serrano,... Comedias familiares en estado puro. Junto a ellas, otras con algún carácter diferencial, Periodistas, El comisario,... Profesiones muy adaptadas al medio televisivo... Aunque en cualquier caso productos siempre anclados a propuestas livianas, de amplio espectro. Más centradas en el espectro juvenil, Compañeros y su versión actualizada (y radicalizada) Física o Química.
Entre todas ellas, una isla, Vientos de agua, una apuesta diferencial que paso de puntillas por la TV, lastrada por una cadena, T5, que no supo confiar en su propio proyecto. Quizás ese fracaso marcó la trayectoria de la cadena de Fuencarral en este ámbito, cuyas últimas apuestas Tierra de lobos, Cheers y Homicidios, no pasan de meras anécdotas... La otra excepción, Hispania.
Así las cosas Canal + dio un paso adelante con un proyecto diferente, Crematorio, adaptación de la novela homónima de Rafael Chirbes y que aborda un tema de mucha actualidad, la burbuja inmobiliaria vivida en España en las ultimas décadas. El vehículo para mostrar esta coyuntura es la familia Bertomeu, y en concreto, Rubén, quien abandona el negocio familiar de naranjos por el floreciente sector inmobiliario ayudándose de todos tipo de argucias, muchas de ellas fuera de la ley para hacerse un lugar.
Sus baza principal, un texto sólido, atrevido, no apto para adeptos a comedias familiares, que ahonda en las crudezas y esplendores de la burbuja. Corrupciones políticas, mafias extranjeras, prostitución,...
Al guión se suma, una producción muy acertada, que sin grandes recursos pero bien empleados, ambienta reuniones, traiciones, negociaciones y tensiones familiares de un mundo de esplendor podrido en sus fundamentos, que revive el motor de crecimiento de una España en época de bonanza tanto como de pérdida de valores.
Perfectas también las idas y venidas a diferentes épocas de la historia y crecimiento del imperio Bertomeu siempre mediante turbias maniobras. Mención especial para las escenas que recrean los orígenes, en capítulos 1 y 2, capaces de trasladarnos a ésa época, y transmitirnos una sensación evocadora. Lástima que sean pocas, hay bases para mucho más.
Protagonismo absoluto para Rubén Bertomeu, encarnado por un José Sancho enorme, espléndido. A su lado el resto lo tienen muy difícil. Probablemente las actuaciones más desafortunadas provienen del lado femenino. Alicia Borrachero, como hija de Rubén, no acaba de convencer, aires sobreactuados que restan credibilidad al personaje. Juana Acosta muestra sus carencias interpretativas de forma evidente en su rol de Mónica, la joven amante de Rubén.
Vistos los 5 primeros episodios, deseando ver los 3 restantes. Sí, la temporada consta únicamente de 8 episodios de 50 minutos.
Por cierto, los títulos de crédito, con canción de Loquillo incluida, geniales.
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