No es muy habitual que el cine español se aventure en grandes y ostentosas producciones, no sobran los recursos y tampoco es fácil embarcarse en este tipo de proyectos y conseguir el resultado necesario para compensar la inversión. Ejemplo de esto es el fracasado Alatriste de Agustín Díaz Yanes.
Lope es una de estas raros proyectos de altos vuelos del cine español. Un proyecto aferrado a la voluntad de recrear una parte de la complicada vida de uno de los personajes más relevantes de la cultura española, Lope de Vega.
Nada más comenzar se aprecia la cuidada y esmerada ambientación del film, fruto de un presupuesto elevado y un buen trabajo. La misma sensación se conserva durante todo el metraje y se convierte en uno de sus mayores baluartes. Hasta aquí las buenas noticias.
Los biopics no son tarea fácil, y acertadamente los creadores de Lope abandonaron la idea de llevar a la pantalla toda su vida, prefiriendo centrarse en una de las etapas de su vida, la que marcó sus inicios como poeta. Sin embargo, el desarrollo de este planteamiento se traduce en un guión pobre a todas luces, incapaz de impregnarnos del carisma de semejante personaje. A ratos inconexo y permanentemente falto de intensidad, no consigue la sintonización con los protagonistas. El resultado no adquiere peores proporciones gracias a que el director consigue cierta agilidad en el relato, suficiente para que, aun no emocionándonos, la película se consuma con cierta facilidad hasta el final.
Junto a guión y director, el reparto es el otro encargado de lastrar el film. Grandes proyectos muchas veces significan actores de renombre, sin apenas reflexión sobre su conveniencia para la película. Claro ejemplo el de Alberto Ammann, justo ganador de un Goya por Celda 211, pero que aquí no encaja, en ningún momento convence como Lope de Vega. Cierto es que la tarea no era sencilla.
En el lado negativo están también una Pilar López de Ayala que sigue sin encontrar su rumbo, embarcada en proyectos a los que no se adapta, probablemente la peor interpretación del film. Caso similar el de un Juan Diego totalmente desdibujado.
Luis Tosar cumple sin más, pero a este actor en estos momentos hay que aprovecharlo, exprimir su estado de gracia. Únicamente una Leonor Watling más que correcta, sube algo el nivel del reparto. Lástima que no se deje ver con mayor frecuencia por la gran pantalla.
Lope, por tanto, no pasará a la historia del cine español por ser una mala película pero si por estar lejos de lo que pudiera haber sido. Como decía al principio, grandes presupuestos son también grandes retos y hay que estar preparado para llevarlos a buen fin.
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