Terminada una buena T3, con la que FNL superó el abrupto final de la T2 debido a la huelga de guionistas, ya hemos visto la T4, y sus creadores siguen dando muestras de que ésta, pese a la poca repercusión que pueda tener, es una de la mejores series del momento.
El quizás inesperado resultado del estatal y la sorpresa final de la T3, fuente de dudas sobre los derroteros a seguir por la serie, rápidamente resultan convertirse en una ventaja. Los Panthers son un equipo hecho, con mimbres, donde sólo hay que encajar las nuevas piezas que van entrando. Su entorno corresponde a algo que ya conocemos.
Los Lions acarrean todo un nuevo universo. En lo deportivo "Coach T" (el entrenador Taylor) se enfrenta al reto de levantar un equipo desde cero, sin jugadores formados, sin estructura, sin afición y sin medios económicos. Escenario perfecto para la épica deportiva, pero nada de una épica facilona de telefilm de serie b, aquí vemos la cruda realidad por la que el entrenador y su familia tendrán que pasar para resucitar a los lions. Argumento suficiente, para, considerando que la temporada es cortita, 13 capítulos, tomar este eje como único pilar.
Pero FNL es mucho más que eso, es ambiciosa y extrañamente profunda, y por eso compagina la creación del nuevo equipo con la descripción de un nuevo Dillon, Dillon este, la parte pobre de la ciudad, barrios difíciles donde drogas y delincuencia son el día a día de los jóvenes, una realidad muy ligada a los nuevos jugadores de los Lions.
Tras la T4 sólo puedo aconsejar que nos os perdáis FNL, un serie diferente sobre fútbol americano adolescente que os sorprenderá.
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