Two lovers es uno de esos títulos que llegan tarde a nuestra cartelera, olvidados por distribuidoras obcecadas en títulos más livianos y aptos para el gran público. Y es que la última película de James Gray nos trae un viaje introspectivo al interior de los sentimientos humanos, la lucha entre la lógica y el deseo.
Un joven atormentado por la abrupta separación de su prometida conoce, tiempo después, a una ecléctica vecina al mismo tiempo que a la hija de unos amigos de sus padres. Entonces tendrá que debatirse entre una u otra.
Sobre esta base Gray construye un solvente film, muy reflexivo, en el que asistimos a la lucha interna de un hombre que sabe que tiene a su alcance a una mujer buena, guapa y de buena familia, pero que no quiere renunciar a su inestable pero fascinante vecina. Reflexión pausada con la que Gray parece invitarnos a pensar sobre el tema, en si debemos amar a la persona adecuada o luchar irremediablemente, aún a riesgo de perderlo todo, por el amor irracional y visceral que nos despiertan algunas personas.
Poderoso relato, de nulos artificios, donde los actores hacen todo el trabajo. Se agradece la vuelta al trabajo de Gwyneth Paltrow en un papel muy apropiado, está tan enorme como intrigante, compleja e irresistible tentación. Aun así el mayor mérito recae una vez más en uno de los grandes de la interpretación, Joaquin Phoenix, un pedazo de actor.
Destacado film el que firma James Gray, de la mano de grandes actores y una propuesta tan valiente y profunda como alejada del Hollywood más actual.
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