Terminada la T1.

Poco a poco la familia Reagan al completo toma el mando, se involucra al cien por cien, y podemos apreciar como el vigor y emotividad de la serie sube enteros.
Los casos policiales están bien, son un recurso visto pero con potencial, sin embargo es en el factor familia en el que Blue Bloods se diferencia y con el que trata de buscarse un lugar en nuestra parrilla televisiva.
Por el momento funciona, no estamos ante un Juego de Tronos, pero tampoco lo intenta, Blue Bloods conoce su sitio y bondades y trata de explotarlas con acierto.
Donnie Walhberg se entona en su rol protagonista, muy bien acompañado por Tom Selleck y Bridget Moynahan, cada vez mejor en sus respectivos roles.
A la espera de la segunda entrega.
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