Phillipe Claudel, escritor francés que debutó de forma más que aceptable en la dirección con Hace mucho que te quiero, vuelve a las pantallas con esta película sobre un profesor de italiano, viudo e infeliz, que vive en Estrasburgo.
Demasiado lenta en ocasiones, con historias secundarias que no funcionan y en general un guión bienintencionado pero flojo, Claudel sólo consigue interesarnos del todo en los últimos minutos, logrando intensificar su mensaje con una conseguida escena final.
Stefano Accorsi demuestra que es un gran actor, simpático, con carisma, y se carga a la espalda toda la película constituyéndose en su mejor activo junto con una bonita banda sonora.
Sin dejar de ser una apuesta interesante, Silencio de amor es un producto menor, lastrado por su lentitud así como por un guión que apunta maneras pero falto de consistencia. Claudel debe mejorar varios aspectos de cara a un nuevo proyecto.
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