El director de la reconocida El último rey de Escocia y la sólida La sombra del poder, Kevin McDonald, vuelve a las pantallas con un ambicioso proyecto histórico centrado en la Inglaterra dominada por los romanos. Importante cambio de registro.
El hijo del general de la Legión Novena, aplastada por los rebeldes del norte de la isla 20 años antes, se embarca en la búsqueda del estandarte de ésta, un símbolo mítico del ejército romano junto a su esclavo.
McDonald toma el pulso del relato, dotándolo de buen ritmo, una buena ambientación y cierta intensidad. Confirma las cualidades ya avanzadas en anteriores títulos. Sin embargo da la sensación de que el guión está por debajo de las habilidades del director, porque en él falta un trazado más consistente de los personajes y de la historia.
Mark Strong y Donald Sutherland pasan casi desapercibidos en sendos papeles anecdóticos. Jamie Bell, el siempre recordado Billy Elliot y emergente actor, está correcto como esclavo enigmático y de fuerte carácter. Peores las sensaciones de Channing Tatum, cuyo registro inexpresivo es una de las mayores lacras del film.
En definitiva, solvente film de aventuras históricas en la Britania romana, gracias al trabajo de un director a tener muy en cuenta, Kevin McDonald, y pese a un guión menor y un protagonista falto del carisma propio de este tipo de historias.
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