El conocido director Ken Loach ha vuelto a la cartelera con un título diferente con el que trataba de experimientar nuevos terrenos. Sin abandonar las claves de su particular cine de dramas proletarios, se embarca en una versión más ligera con tintes cómicos. Y para ello se sirve de Eric Cantoná, el famoso futbolista, que se interpreta a sí mismo.
Las buenas intenciones fracasan sin embargo al no encontrar Loach el punto adecuado entre el drama y la comedia. El guión resulta forzado y el punto entrañable entre el desdichado protagonista y su inspiración (Cantoná) no cuaja…
No resulta fácil combinar ambos géneros, sacar sonrisas mientras se cuentan vidas complicadas llenas de penurias. Ken Loach se atreve con el desafío pero no es capaz de sacarlo adelante…
Aún así, la película se deja ver, sobre todo para quienes recuerden al icónico futbolístico y sean adeptos al cine de Loach.
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