Hace poco hablaba de los dividendos, que no cabe duda son un factor relevante de nuestras acciones. Otros aliados de un inversor value nos los recuerda Enrique Roca en un reciente post: las empresas medianas y pequeñas baten a las grandes y las acciones de valor baten a las de crecimiento.
Hoy sin embargo prefiero reflexionar sobre algunas de las amenazas con las que un inversor value debe luchar en el día a día.
Los medios de comunicación. Son necesarios, más aún imprescindibles, pues a través de ellos conocemos noticias importantes de una empresa (nuevos contratos, ampliaciones de capital, movimientos accionariales, estilo de la directiva,…). Pero hay que saber administrar el tiempo que se les dedica. Internet nos ha puesto al alcance de la mano mucha mucha información y no toda es significativa, al contrario, gran parte es superflua. Por tanto las clave reside en discriminar lo relevante y hacerlo en periodos con principio y fin.
Los gráficos de evolución. Conste que reconozco la utilidad del análisi técnico a la hora de elegir el momento de entrar en un valor. Sin embargo esta ventaja puede acabar por atraparnos… y es que resulta adictivo consultar cada día la cotización y más aún enredar con el gráfico de evolución de ésta. “Lleva días bajando”, “parece que empieza a subir”… Así día tras día. Si uno se para a pensarlo, muchas horas en su mayor parte desperdiciadas y en las que podríamos haber profundizado y mejorado nuestro método.
Por mi parte reconozco que estos dos son dos de los peligros con los que trato de luchar de forma constante. Resulta difícil y cómodo leer y leer los periódicos, mirar y mirar gráficas, pero el tiempo es un bien escaso y un inversor value debe optimizar sus esfuerzos y dedicarse a tareas más “pesadas” pues a la larga nos compensarán detectando más y mejores opciones de inversión en negocios sólidos e infravalorados.
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