Semanas atrás, a propósito de un artículo en la revista Time, inicié una reflexión en la que me gustaría incidir, la de una España que convirtió sus expectativas en creencias, en hechos, sin embargo no consumados, de pies de barro.
Razones hay, no lo dudo. Nuestros abuelos difícilmente pueden asumir que la España de la Guerra Civil es ahora lo que es... tampoco para quienes crecieron en la postguerra, los que pasaron hambre y penurias, los que tenían que manifestarse y pelear en las calles para lograr sus derechos (que ahora son nuestros), debe ser fácil asimilar este mundo global, este país de bonanza, de coches caros, consumismo,... Mucho ha cambiado todo en pocos años, y es que aún en los 80 y 90 eran mayoría los que vivían con bastante menos... Viajes a la otra punta del mundo, unos zapatos para cada ocasión, restaurantes de cocina de mercado y un sin fin de cosas que todavía entonces sonaban a pura quimera...
Claro que como dice el dicho popular, "uno se acostumbra pronto a lo bueno", y parecen muy lejanos los tiempos en que no éramos Europa, tiempos en los que viajábamos no por placer sino para emigrábamos para poder sobrevivir... Tanto fue el cambio y la bonanza que nos la acabamos creyendo... Nos vanagloriábamos de ser la "octava potencia mundial", de adelantar a Italia, de tener como objetivo dar caza a Francia...Todo era presumir... Lástima que nadie se parara a pensar por qué un país tan importante nunca aparecía en la CNN a la hora de hablar de mercados bursátiles... sí, nuestro idolatrado Ibex ahí fuera no era ni es más que otro índice irrelevante... Hace unos días El Economista se encargó de recordarnoslo, los grandes fondos pasan de España. Y es que las bases de todo nuestro esplendor eran muy débiles...
Nadie nos lo recordó, muy al contrario, así que lo digerimos aunque no muy adecuadamente... fomentamos una sociedad de conformismo, una economía basada en la construcción, olvidamos el I+D y las nuevas tecnologías salvo para consumirlas... Los hijos de quienes soñaron ser ingenieros y lucharon por conseguirlo, se aferraron a otras metas... vivir bien y fácil, trabajo perpetuo, gasto sin control, especulación, evasión fiscal,...
"Los fuertes salen reforzados de las crisis", eso se suele decir... no será el caso de España... La crisis, la dichosa crisis, ha supuesto un crack financiero mundial, aquí supondrá algo más si queremos salir de ella... el fin de un modelo, de unas ideas, de un conformismo en el que no podemos caer salvo que consigamos ser "el país de los funcionarios" como bien dice Gurusblog. En un mundo donde muchos aprietan, véase el ejemplo de China e India, nuestra competitividad se desploma por debajo de la Chile o la República Checa (al menos ganamos a Portugal e Italia, qué consuelo!).
Recientemente Jesús Encinar comentaba que necesitamos un nuevo reto, una meta que motive a este país a reaccionar y seguir creciendo... Tras entrar en el euro y con la llegada de la crisis opina que un objetivo impulsado eficazmente desde altas instancias nos haría reaccionar... puede que sea una solución...
Mientras, nuestro Gobierno vive al margen de todo esto, con la firme creencia de que las crisis tal como vienen se van, atado al modelo subvención e inmerso en el constante engaño de cifras para convencernos de que no pasa nada...
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