El primer día el resto de tu vida, otra pequeña gran película del cine francés

Rémi Bezancon parte de un manido tema para construir El primer día del resto de tu vida, los problemas que surgen entre padres e hijos con el paso de los años. Sin embargo el director francés es consciente de que se puede hacer una gran película con poca base y nos lo demuestra. Para empezar exprime un guión lúcido, divertido y lleno de emociones que es capaz de retratar un largo período de la vida de la familia ateniéndose a cinco días clave, cada uno de ellos crucial en la vida de uno de los personajes. Se ayuda de diversos flashbacks que enriquecen la historia.

Pero no sólo el guión es importante, una vez más el cine francés hace gala de una estupenda puesta en escena, sencilla, sin alardes y cercana. En este caso aprovechando la casa familiar como centro neurálgico de la película y filmándola con esmero y buen gusto. No falta la banda sonora, que adquiere un papel relevante en la narración y marca sobre todo el principio y final de cada día de la historia.

Otro punto fuerte es el reparto, que rinde a un nivel notable, encabezado por dos excelentes actores, Jacques Gamblin y Zabou Breitman, que brillan como padre y madre.

El único punto débil del film es una narración irregular que en algunos momentos resulta lenta y a un nivel inferior del resto del metraje, pero que se compensa con una parte final intensa y emotiva.

En resumen, Rémi Bezancon acierta plenamente con El primer día del resto de tu vida. Partiendo de una historia sencilla y un original planteamiento compone una película notable que resulta entrañable y simpática. Pese a leves pérdidas de ritmo, se apoya en un guión lúcido, un buen reparto, momentos musicales y una buena puesta en escena para entretenernos y emocionarnos con la vida de la familia. Un producto muy por encima del panorama actual de nuestra cartelera. El cine francés sigue haciendo cine para todos los públicos, sin efectos ni acción, lejos de traumas y mal gusto, que entretiene y nos hace disfrutar de pequeñas historias. Imprescindible tal y como están las cosas.