La primera temporada me dejó claro que Galactica era una serie diferente. La segunda, en mi opinión, la consagró… gran y personalísima puesta en escena , mucho contenido y reflexión, e intensidad a raudales, con un capítulo final impactante.
La tercera comenzaba con el reto de seguir al mismo nivel pero esta vez en un escenario diferente puesto que la trama más que en Galactica se desarrolla en Nueva Caprica. La verdad es que lo consigue… Después, acabada esta etapa, y de nuevo con toda la flota en plena huida, la serie vuelve a sus raíces con resultados más irregulares.
Particularmente, la trama que durante varios episodios nos lleva a las naves cylon y por tanto destapa el mito de ese, hasta entonces, desconocido e inquietante mundo, y lo hace sin demasiado acierto. La parte más floja de la temporada.
Por lo demás, buen nivel, con alguna historia más certera que otra y nuevamente un capítulo final que nos sorprende y descoloca, dejando muchas incógnitas para la siguiente entrega.
Lo cierto es que Battlestar Galactica deja huella. Queda ahora la cuarta y última parte de esta serie ya mítica y que espero y confío esté a la altura de todo lo anterior.
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