Hollywood tiene pocas nuevas ideas como demuestra el número interminable de versiones, sagas,… de los últimos tiempos. El año pasado llegaba a nuestras pantallas otro de esos títulos, esta vez la actualización de la mítica serie de televisión Fama. Curiosamente en un principio sentí curiosidad por cómo y entorno a qué ejes se armaría el nuevo film. Después me llegaron aclaradoras referencias que me devolvieron a la cruda realidad.
Fama se divide en dos claras partes. En la primera asistimos, más que a una película, a un videoclip extendido. Las actuaciones musicales, coreografías y demás se suceden prácticamente de forma ininterrumpida. Pocos mimbres para lograr un resultado aceptable pero al menos hay una apuesta clara y decidida. Además, la estética y ambientación están conseguidas, logrando trasladarnos al ambiente de un buen video musical.
En la segunda parte sin embargo, como si se arrepintieran de lo anterior o advirtieran sus carencias, se intercalan muchos más diálogos y escenas con las que adentrarnos en la historia de lso personajes. Pero claro, tarde y mal, pues se solventan con estereotipos y arquetipos apenas cohesionados. Más aún, estos parones hacen decaer el ritmo haciendo que el film pierda fluidez. Este efecto acaba contagiando el final, cuyo número musical, no alcanza el nivel apoteósico esperable.
En definitiva, decepcionante revisión de Fama, con mucha fachada (estética) y poco, muy poco, trabajo de guión detrás. Pese a todo el producto final hubiera entretenido razonablemente si el planteamiento inicial e mantuviera durante todo el film.
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