A primera vista Bones podría ser uno más de los procedimentales de investigación científica criminal que CSI puso de moda. En este caso, una prestigiosa antropóloga forense colabora, apodada Huesos (Bones), junto con su equipo, con el FBI en la resolución de aquellos casos donde los cadáveres son encontrados en condiciones muy deterioradas. Nada excesivamente novedoso.
Pero quizás el mayor acierto de Bones radica en la construcción de un completo equipo de personajes secundarios tras la pareja protagonista. Secundarios que no son comparsa, todos tienen sus capítulos, todos aportan a la historia. Más aún, el reparto en su totalidad funciona como un organizado grupo de trabajo, donde cada uno tiene un papel relevante, cada uno aporta lo mejor de sí mismo en su especialidad con el fin de ayudar al objetivo común. Personajes que acaban resultando cercanos, hasta entrañables, con sus defectos y aciertos.
Bones es, pues, el éxito de la dinámico de grupo, de un equipo de guión capaz de crear un mundo de personas reales, próximos y creíbles.
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